ACTUALIZACIÓN: ESTE NEGOCIO HA CERRADO.
Hace un tiempo se puso de moda el yogur helado y surgieron como setas locales en un montón de ciudades. En algunas más que en otras como es el caso de Valencia, donde hay tiendas de yogur helado a cada paso: Llao Llao, Smooy, Frozen Yogurt, Yogurtlandia, Baby Yogurt, La Yoghourtería de Danone y alguno más que seguro que se me olvida. ¿Pero en Valencia lo que es típico no son las paellas? ¡Porque lo de esta ciudad con el yogur helado no es normal!
Por el contrario, en Barcelona era difícil encontrar una tienda de yogur helado hasta hace bien poco. En otro post os hablaba de Kimok, un pequeño local de yogur helado del Borne, pero quizá porque estaba en una esquinita poco visible, ha acabado cerrando. Aunque pronto ha venido el relevo y en escasos dos meses, en Barcelona han abierto dos nuevos locales de yogur helado, un Llao Llao y el Tutti Frutti, del que os quería hablar en este post.
Cuando vi por primera vez el local de Tutti Frutti que han abierto en Universitat pensé: «mira qué bien, una tienda de yogur helado independiente, que no pertenece a una cadena ni nada. Aquí voy a venir yo a comprar». Pero cuando busqué algo más de información… ¡Ignorante de mí! Tutti Frutti es una enorme cadena que tiene locales de yogur helado en todo el mundo: Australia, Brasil,Canadá, China, Francia, Hong Kong, Indonesia, Arabia Saudí, Tahití, Taiwan, Reino Unido, EEUU (de donde procede), etc.
Tantos países como sabores de yogur tiene. Nada menos que 50 sabores diferentes de yogur helado, y continuamente van probando más: almendra, café, melón, té verde, pistacho, sandía, uva y hasta sabor pastel de calabaza o sabor a birthday cake! El surtido es enorme. Y aquí que ya nos conformábamos con el helado de yogur con sabor a… ¡yogur!
El yogur helado de Tutti Frutti
Su ubicación es privilegiada, en plena plaza Universitat y haciendo esquina, Tutti Frutti tiene el éxito garantizado. Su local luminoso y de grandes cristaleras es agradable, vistoso y con una imagen muy de «vitaminas». Colores ácidos para un producto de lo más dulce.
Al entrar, un chico te explica cómo va esto del self-service llevado al mundo del yogur helado. En Tutti Frutti tienen cuatro máquinas para servir el helado, cada una con dos sabores diferentes. Si quieres, antes de llenar tu tarrina puedes pedir que te dejen probar el helado, por si no te gusta un determinado sabor.
Eliges un tamaño de tarrina, la coges y puedes servirte el yogur helado que quieras, mezclando los sabores a tu gusto y llenando el vasito con la cantidad que te apetezca, porque aquí se cobra al peso. Yo pedí probar el de melón y con ese me quedé, aunque también puse un poquito de yogur helado de coco. Tienen otros sabores como el de yogur de frambuesa, arándanos, chocolate, naranja, limón o fresa.
Después puedes pasar por la vitrina de toppins y servirte tú mismo añadiendo todo lo que quieras a tu yogur helado: toppings de fruta, gominolas, chocolate, frutos secos, virutas de colores, etc.
El detalle
Han lanzado un helado de yogur de soja, orientado a veganos e intolerantes a la lactosa, aunque de momento no ha llegado a España.
Y por último, ponen tu tarrina en una báscula y pagas en función del peso. Una tarrina mediana bastante llena suele rondar los 3-4 euros. Ni barato ni caro, está bien. Claro que…es fácil que se te vaya la mano y acabes cargando la tarrina hasta los topes, con el consiguiente desembolso… Pero bien merece la pena un caprichito de vez en cuando y el yogur helado de este sitio está muy rico.
Por poner una pena, si se forma un poquito de cola tienes que esperar mientras tienes ahí en tus manos tu tarrina, sin poder tocarla. Y a veces los dependientes se lo toman con calma, todo hay que decirlo. ¡No nos pueden hacer sufrir así!
Tutti Frutti
Dónde: Ronda Universitat, 1