ACTUALIZACIÓN: ESTE RESTAURANTE HA CERRADO

Los grandes ventanales y el aire minimalista y moderno del Bestiari sugieren una experiencia culinaria diferente, justo para lo que iba preparada. Este restaurante que presume de elaborar una comida innovadora y creativa, es cierto que ofrece platos diferentes, pero no fue lo que esperaba.

Quizá leí críticas demasiado buenas respecto a lo que en realidad era, quizá los nombres de los platos suenan mejor de lo que después resultan ser o puede que no acertase con lo que pedí. Pero me dio la sensación de ser la típica cocina creativa en la que el nombre es más pomposo que el plato. Eso sí, es un excelente sitio para comer de menú, pues por 13 euros (da escoger un primero, un segundo y postre) puedes comer muy bien y son platos con un toque diferente.

La comida del Bestiari

La carta del Bestiari es algo escueta pero correcta, con un poquito de todo. Opciones de verduras, carnes, pescados, ensaladas y risottos. Sólo ofrecen cuatro entrantes, si no contamos las ensaladas y aunque se agradece que te faciliten la elección, se echa de menos más variedad. Y no es que las cantidades sean enormes, pero por si tu estómago es de pequeñas dimensiones, los entrantes se pueden pedir como media ración.

Para empezar pedimos unas verduras de temporada salteadas al carbón con provolone fundido, un plato que al parecer no está siempre en la carta. Lo del «salteado al carbón» prometía y me esperaba unas verduras con un sabor «rustidito» y delicioso, pero no fueron tal. Eso sí, la pinta es estupenda, de plato de revista. Aquí se come con los ojos, desde luego.

Para tomar de segundo, la carta sólo tiene 8 platos principales diferentes, por lo que si eres un poco quisquilloso con la comida puede que no encuentres nada a tu gusto. No había nada que me fascinase así que pedí una merluza a la plancha con trompetas de la muerte y espuma de limón. La textura de la espuma me dejó fascinada, tenía un sabor tenue pero daba gusto comerla; la merluza, normal… ¿será que al ser gallega soy muy exigente con el pescado?

Mi pareja pidió un tataki de atún sobre coca de cebolla caramelizada, salsa de folie y brotes. Un plato la mar de bien presentado (no sé cómo consiguieron montar los trocitos de atún y dejarlo en la mesa sin que se cayeran), y pese a que estaba rico, el sabor no igualaba la calidad de la presentación.

El local

Quizá era porque fuimos una noche entre semana, pero el local es muy tranquilo y se está a gusto. Paredes violetas, cuadros abstractos y moderneces varias que quedarían horteras en cualquier casa, menos en un restaurante. La imagen está bastante cuidada y precisamente por eso puede parecer un sitio de los que dejan el bolsillo vacío pero no lo es.

Los precios están en la media de lo que puede costar un restaurante Barcelona, rondando los 20-25 euros por persona, aunque la cantidad de las raciones es algo escasa según qué platos. En mi caso, me bastó con mirar a la mesa de al lado para ir descartando cosas que no debía pedirme.

Sin embargo, para comer de diario está estupendamente y el menú de 13 euros promete. Hay muchos restaurantes de menú en Barcelona que por ese dinero te sirven comida muy normalita, aquí por lo menos sus platos se escapan de lo habitual. Otra cosa es que quieras ir para un fin de semana o alguna ocasión especial, en ese caso escogería otros muchísimos sitios, porque no acabó de convencerme del todo… ¿Debería darle una segunda oportunidad?

Restaurante Bestiari

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