El blog de restaurantes de Barcelona que se disfruta sobre la mesa

Bernie’s Diner, la versión más casera del slow food americano

ACTUALIZACIÓN: ESTE RESTAURANTE HA CERRADO

¿Quién no ha visto alguna vez una película en la que aparezca el típico diner americano? Camarera con mandilón y jarra de café en la mano, asientos acharolados rojos, estética rock&roll…

Son los restaurantes de carretera por excelencia, abiertos hasta las tantas, donde se sirven desayunos, comidas y cenas y se respira un cúmulo de olores a carne a la parrilla, huevos con bacon, hamburguesas y café. Comida americana cien por cien, de esa que no es compatible con las dietas vegetarianas.

Pero los diners ya no son algo exclusivo de EEUU, su concepto se ha extendido al resto del mundo y aunque sí existen muchos bares del estilo, encontrar un «diner» en condiciones es un poco más difícil, no sólo vale con servir carne y burgers. En Barcelona por suerte sí hay sitios que cuidan la elaboración de sus platos, como el Bernie’s Diner, un tipico diner americano de comida casera basada en el «slow food», situado en Barcelona.

Me invitaron a ir y como había escuchado buenas críticas sobre él acudí encantada. Nos recibieron Paola y su gran sonrisa, llevándonos hacia nuestra mesa y mientras entrábamos fui fijándome en que en Bernie’s Diner cuidan hasta el más mínimo detalle: paredes rojas decoradas con tapacubos de coches, taburetes muy estilo retro, carteles antiguos de Coca Cola, murales pin up y muchas alusiones a la cultura americana.

La carta, bastante extensa, tiene mucha variedad de entrantes, hamburguesas, sandwiches y perritos, ensaladas, platos a la parrilla y los mama’s specials que son platos caseros o «home style cooking», como el entrecot a las tres pimientas o los ravioli de la abuela, amasados a mano y rellenos de espinacas, queso y nueces.

Para empezar elegimos tres entrantes. El primero fue un medio combo (se puede pedir un combo entero), que traía aros de cebolla, fingers de mozarella y tiras de pollo rebozado. Venía con dos salsas deliciosas y caseras, una de chutney de tomate y otra de mostaza.

También pedimos unos nachos, que los fríen al momento y se acompañan de queso fundido, crema agria, chile con carne y pico de gallo; creo que son los mejores nachos que he comido hasta ahora, la verdad.

Y por último pedimos una de las especialidades de la casa: los tomates verdes fritos, un plato curioso que siempre quise probar pero que no había encontrado en ningún sitio. Estos tomates se sirven enteros, rebozados en una masa similar a la de las croquetas, y por dentro llevan queso de cabra fundido por el calor, una auténtica delicia.

Luego vinieron los platos, un club sandwich y una hamburguesa de cordero lechal. El club sandwich estaba hecho con lonchas de pavo marinado, lechuga, huevo duro, tomate y mayonesa especial. Estaba muy rico y me gustó que el pan del bocadillo era sabroso y muy ligerito.

Como soy muy fan de las salsas eché de menos un poquito más de salsa en el bocadillo, pero lo arreglé poniendo la salsa de mostaza dulce de los entrantes, que previsiblemente había apartado hacia un lado de la mesita ¡por si me la quitaban!

Mi acompañante pidió una hamburguesa de cordero lechal acompañada de lechuga, pimientos asados, cebolla roja, queso de cabra gratinado y salsa especial.  Tan grande y deliciosa que el pan a duras penas aguantaba todos esos ingredientes. Y como side, unas patatas rústicas recién hechas y cortadas a mano.

No logramos acabarnos el plato ninguno de los dos, pensando en que la camarera nos había dicho que guardásemos hueco para los postres. Aquí nos dimos cuenta de que nos habíamos pasado un poco con los entrantes, sobre todo con la ración de nachos que es bastante grande para dos.

El detalle

Algunas mesas tienen jukebox, antiguos reproductores de música, un toque retro como guiño a la cultura americana.

Como colofón final a la comida nos sirvieron un surtido de postres para que probásemos un poquito de todo: cheesecake, tarta de chocolate, pancakes con dulce de leche y un trozo de apple crumble con helado de vainilla, todo casero y buenísimo.

Esa es una de las cosas que más me gustaron del Bernie’s Diner, que se nota que todo está hecho allí, desde las salsas hasta los postres.

Es una alternativa perfecta para los amantes de la comida americana que no quieren renunciar a la calidad, porque frente a las grandes cadenas de fast food están apareciendo sitios como el Bernie’s que apuestan por el «slow food»: buenos ingredientes, una elaboración cuidada y productos totalmente caseros.

Bernie’s Dinner

Dónde: Vía Laietana, 20, Barcelona
Teléfono: 931 85 77 35
Precio medio: 10-20 € por persona
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28 ENERO 2017
3 COMENTARIOS
ÚLTIMOS COMENTARIOS

2 comentarios en “Bernie’s Diner, la versión más casera del slow food americano

  1. Está buenísimo! Los tomates verdes fritos no me los esperaba tan ricos y la hamburguesa aunque quizá demasiado grande y complicada de comer, estaba muy buena.
    Para repetir!

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