El pasado fin de semana salimos de Barcelona a investigar nuevos sitios de buen comer. Y Sant Cugat fue el destino elegido, atraídos por un restaurante que pintaba muy bien…. el restaurante Sabatic.
El pequeño patio del Sabatic es un lugar para desconectar de la ciudad y refugiarse en un rincón donde disfrutar mucho con la comida. Sus encantadoras bombillitas, sus plantas y su acogedora decoración lo convierten en un lugar donde te sentirás a gusto desde el primer segundo.
En la elaboración de sus platos no utilizan fogones, sino horno y cocciones a baja temperatura. El resultado son carnes y pescados jugosos, salsas suaves y sabores cocinados a fuego lento.
Lo recomendable es pedir platos para compartir (de hecho ellos mismos te lo dirán), y así probar un poco de todo. Nosotros pedimos, para dos personas, 4 platos más el postre, porque no íbamos con demasiada hambre. Pero unos 4 ó 5 estarían bien.
Para empezar pedimos el tartar de atún sobre tomates y aguacate con espuma de wasabi. Rico y fresquito… somos muy fans del atún.
Y después llegó el huevo de pato poché con parmentier de patata y trufa, un plato delicioso, pero ¡aviso! Es bastante contundente.
Después llegó el salmón con curry verde, puerro, jengibre y aceite de cilantro. Riquísimo y muy jugoso, poco cocinado en el interior (como me gusta), pero si quieres te lo pueden hacer más pasado.
Y por último la paletilla de cordero deshuesada cocinada a baja temperatura con especias mediterráneas. Venía acompañada de patatas al cocidas y un puré de chirivía en la parte inferior. La carne estaba jugosísima y muy muy sabrosa.
No me apetecía mucho pedir postre, pero después de ver la carta no pudimos resistirnos. Pedimos el milhojas de chocolate blanco y té verde Matcha, con espuma de mascarpone y frambuesas. Un postre muy cremoso e imprescindible para amantes del té.
El restaurante Sabatic es un sitio al que apetece volver. Regentado por un equipo joven y súper amable, es un lugar donde te sientes a gusto. Y además del patio en el que cenamos, tienen algunas mesas interiores y una gran terraza en la plaza de Pep Ventura, un sitio precioso con vistas al Monasterio de Sant Cugat.
¡Un sitio de verdad recomendable!