Me gustan los viernes, pero además de por lo obvio, me gustan porque es el día en que, al salir del trabajo me desvío de mi ruta habitual hacia casa y hago una visita a Cusachs, una pequeña pastelería de la calle Bailén, en Barcelona. Un sitio modesto y totalmente familiar que no hace «pasteles de catálogo», sino dulces a un nivel más «homemade» que, al menos a mí, me alegran cualquier momento amargo.
Tengo que ser muy crítica con las pastelerías de Barcelona. Está claro que hay sitios de categoría, como La Pastissería o Bubó, pero hablo de las «pastelerías de barrio»: en general no son buenas, hay pocas y la mayoría son los llamados «forn de pa», que son en realidad panaderías que incorporan el concepto de pastelería a modo de apellido, como si «panadería-pastelería» tuviesen que ir juntos.
Venden barras de pan, croissants, napolitanas y poco más; bollería sí, pero ni rastro de pasteles como Dios manda. A lo largo de mi vida he encontrado escasísimas panaderías que hagan buenos pasteles; para mí son a priori dos cosas un poco incompatibles.
La pastelería Cusachs es una especialista en el mundo dulce, algo que se percibe a simple vista tras parar ante su escaparate lleno de bollos, tartas y pasteles individuales de frutas que son pura tentación. Y claro, para una que no es de piedra y que es adicta confesa al dulce, es imposible pasar de largo.
Ya soy adicta a sus tartaletas de crema con frutas, como la tartaleta de kiwi, de granada, de fresas, de mango o la tartaleta multifruta, que es mi favorita. También tienen deliciosos pasteles individuales de chocolate, como el de chocolate con nuez, de chocolate blanco, de chocolate con leche o la exquisita tartaleta de chocolate negro con mermelada de naranja, una mezcla de sabores que siempre me ha gustado.
Si te apetece algo para desayunar puedes elegir entre su variedad de bollería, desde las típicas palmeras artesanas, hasta pretzels con cabello de ángel, xuxos de crema, lazos de hojaldre o las muy recomendables enquesadas (no las tienen siempre).
Pero en el interior, Cusachs es mucho más que una pastelería, ya que al fondo del local hay una zona de cafetería donde puedes tomar un café acompañado de uno de sus deliciosos dulces, aunque pasa muy desapercibida. De hecho yo me di cuenta en la segunda o tercera visita (debe ser que los pasteles me ciegan).
Con más de medio siglo de historia, Cusachs fue de las primeras pastelerías en disponer de una barra y mesas para degustación, algo que les ha funcionado muy bien, ¡porque ahí siguen!
En Pascua sortearon un regalo especial entre todos sus clientes, ¡un huevo de chocolate gigante, de 20 kg!
Y por si fuera poco también tienen menú de mediodía y algunos platos de comida para llevar. No los he probado nunca pero tienen una pinta estupenda: buñuelos de bacalao, canelones, pescado al horno, pollo a l’ast… ¡cada día algo diferente!
En fechas señaladas como Navidad, San Valentín, Reyes o Pascua, su escaparate llama aún más la atención. Se decora con mimo y creatividad, vivos colores que combinan con el apetitoso aspecto de sus pasteles.
Una pastelería familiar, sencilla y sin pretensiones, pero con buenos productos que ¡me endulzan mucho la vida!
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Tiene una pinta tremenda! Sólo por esas tartaletas, merece una visita!
http://notonlyeating.wordpress.com
Hola, moltes gracies pel comentari que ha posat de la pastisseria cusachs, pero vull comentar que l’adreça està equivocada, es carrer bailen 223.
Pastisseria cusachs.
Hola Gloria! Disculpa el error, ya está corregido 🙂 Un saludo y gracias por avisar!