ACTUALIZACIÓN: ESTE RESTAURANTE HA CERRADO
El restaurante Marítim es uno de esos sitios que apetece especialmente en verano, y es la prueba de que todavía existen buenos restaurantes en zonas turísticas. Su localización al lado del Club Marítimo de Barcelona es todo un lujo, no todos los días puedes comer con vistas al mar…
La propuesta gastronómica hace honor a su nombre centrándose en el mundo del mar: arroces, mariscos, pescados a la brasa, calderetas y ensaladas frescas. Solo os diré que aquí probé uno de los mejores arroces que he comido en Barcelona hasta ahora.
El interior está diseñado por el interiorista Lázaro Rosa-Violán, que quiso crear un espacio inspirado en la estética de los países mediterráneos. Tonos blancos, suelos en madera, lámparas náuticas y detalles en azul para dar carácter a este bonito restaurante.
Nuestra comida en el restaurante Marítim
A pesar de las vistas nos quedamos en el interior y no en la terraza, porque hacía un día de calor matador. Su salón interior es enorme, y perfecto tanto para grupos como para ir en pareja. Se está muy a gusto y desde cualquier mesa tendrás vistas al puerto de Barcelona.
Rober fue el encargado de atendernos y explicarnos la comida que elaboran en el Marítim. Como él nos comentó, a veces es difícil encontrar buenos restaurantes en zonas tan turísticas de Barcelona. Así que si no queréis dejaros atrapar por cualquier restaurante caza-guiris, el restaurante Marítim es una apuesta segura para comer bien.
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(No te lo pienses, te encantará. ¡Y es mejor ir con reserva para no esperar!)
Después de escuchar las recomendaciones y echar un vistazo a la carta, pedimos para empezar los bombones de foie y la Ensalada de la huerta con espárragos y bonito del Cantábrico. De tamaño muy generoso, venía aderezada con un aliño de mostaza delicioso. No hace falta agregarle nada más.
Como platos principales elegimos dos sugerencias fuera de carta: la paella mar y montaña, con jamón ibérico y gambas de Palamós y el lomo de bacalao a la brasa con salmorejo de fresa y lágrimas de wasabi. Dos platos impecables en sabor y en presentación.
El arroz es de los mejores que he probado en Barcelona, sin ninguna duda. No me esperaba un arroz tan sabroso y hecho en su punto. Y el bacalao, un plato original y fresquito perfecto para los días de calor. Las fresas le daban un toque dulce riquísimo al plato.
De postre nos recomendaron la especialidad de la casa, la tarta fina de manzana con helado de vainilla. Hay que esperar un poco a que lo preparen, pero merece la pena. El hojaldre es finísimo y además de ser un postre delicioso no resulta nada pesado. También encontraréis otros postres súper apetitosos como la cheesecake de chocolate blanco o los bombones de chocolate negro.
En definitiva, el restaurante Marítim ha sido toda una sorpresa, sobre todo por encontrarnos con un restaurante de calidad en una zona tan turística como el puerto de Barcelona. Si estáis por la zona, no dudéis en visitarlo porque de verdad sus platos os gustarán. Y su arroz… ¡no se describe con palabras!
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