Fui a Akashi recomendada por una compañera de trabajo japonesa, que me dijo que esta tetería era auténtica a más no poder. Evidentemente ella sabía de lo que hablaba y no tardé mucho en ir para satisfacer mi curiosidad.
Tras una puerta de cristal que no destaca demasiado, entrar en Akashi es como trasladarte de Barcelona a Japón en un instante. Del ruido de las calles a la calma absoluta, del vermut de mediodía al té en taza de cerámica, de las terrazas bajo el sol a un tatami con cojines.
Es el sitio perfecto para una charla tranquila o para un rato de lectura, con música nipona como telón de fondo. No sé qué tiene la música japonesa, pero es escucharla y me causa una tranquilidad asombrosa.
Puedes sentarte en una de sus agradables mesas con sillones, de esos en los que te sientes como en casa; pero para que la experiencia sea más auténtica es mejor subirte al tatami situado en medio del local, donde hay tres mesitas pequeñas con sus respectivos cojines para sentarse. Muestra tus mejores calcetines, quítate los zapatos, haz el loto y pide una taza de té matcha. ¡Estamos en Japón!
La carta de tés es extensa y todos los tés japoneses los importan desde Ippodo, una de las casas de té más importantes de Japón, como por ejemplo el té Maccha, el té Gyokuro, Sencha, Hojicha, Genmaicha, Green tea, Maccha Late y muchos más.
También tienen una sección de tés del mundo, como el británico Té «English Breakfast», el Té de Jazmín, el té Darjeeling o el Earl Grey. Y por supuesto infusiones más corrientes, como el rooibos, el poleo menta, el lemon grass o la manzanilla. Pero ya que estamos en una tetería japonesa, mejor apostar por lo japonés ¿no?
Nosotros pedimos un típico té matcha con su fascinante color verde, y un gyokuro, una variedad de té verde japonés qué venía con su tacita, su tetera y su cuchara de madera. Pero lo más curioso es que en la bandeja había ¡un cronómetro! El camarero posó la bandeja en la mesa y puso en marcha la cuenta atrás de 2 minutos, que era lo que debía reposar el té antes de servirlo.
En Akashi cuidan hasta el más mínimo detalle y todo está hecho con gusto. Las servilletas son de telas de colores vivos y la cuchara es de madera, para darle un toque aún más rústico. Todo está perfectamente colocado, con mucho mimo, es un negocio llevado con cariño y eso se nota en las pequeñas cosas.
Cultura, monederos y exposición de fotografía
Tina Bagué y Toru Morimoto son fotógrafos y creadores de Akashi. Han dedicado su vida a la fotografía y utilizan las paredes de esta tetería para demostrar su talento a través de exposiciones de imágenes que llaman la atención. Enormes lienzos que son una ventana abierta al mundo nipón y que muestran paisajes, escenas cotidianas o fotografías más conceptuales.
Esto demuestra que Akashi es mucho más que una tetería. En realidad ellos mismos se definen como una tetería, bar japonés y galería fotográfica. Ahí queda eso…
El detalle
Al pedir un té, el camarero trae un cronómetro para medir los minutos que debe reposar. Pii piiii, la alarma te avisa de que tu té ya está listo!
Durante todo el año van alternando exposiciones de fotos que se pueden comprar y en su web se puede incluso ver la galería completa de imágenes. Os la recomiendo, hay fotos verdaderamente preciosas.
Aunque también están abiertos a mostrar exposiciones de artistas que quieran mostrar su obra, siempre que esté relacionada con la cultura japonesa. Para participar sólo hay que enviarles un cd con el currículum del fotógrafo, una breve descripción del proyecto y una selección de entre 10 y 30 imágenes.
Y por si fuera poco tienen un pequeño rinconcito en donde, a modo de tienda, se venden objetos decorativos artesanales, monederos y otros elementos japoneses.
Un sitio encantador, que desde el primer momento me ha enamorado. Tiene esa atmósfera de tranquilidad tan especial que es difícil de encontrar. Es un lugar en el que te sientes a gusto nada más sentarte, un oasis de calma en medio de Barcelona.
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Muy gracioso eso de que el cronometro te avise cuando tu té esta listo, es la primera vez que veo un sitio así. Si el té es de calidad tengo que pasarme por allí.
Saludos!
Hola Roberto! La verdad es que el té es maravilloso así que tienes que ir! Además tienen cositas de comer también, para acompañar tu té. Es un sitio super recomendable. Ya me contarás!
Akashi es muy agradable, pero si os ha gustado no podéis perderos Usagui. Los tes no andan a la zaga y la repostería que prepara Jun, todo artesanal, es de primera. Yo es que me pirro por el melonpan, que se suelen acabar a media tarde, pero los roll-cake de matcha y las diversas variedades de daifuku no se pueden subestimar. Algo fuera de serie son las presentaciones, especialmente llamativos en el caso de los tes frios. Recomiendo el juzucha, con ese toque cítrico y refrescante que le da el juzu. Saludos
Hola! Muchísimas gracias por la recomendación, tal y como lo describes es un sitio que promete! Me lo apunto para ir a conocerlo porque acabo de ver su Facebook y tiene una pinta estupenda 🙂
Gracias y un saludo!
Estan abiertos a exposiciones de otros fotografos pero hay que pagar por exponer y ademas se quedan con un tanto por ciento altisimo de las ventas!Me parece un abuso.
Los precios en general son caros y los regalitos que venden cuestan el doble que en Japon.
Me gusta la local pero a ellos les gusta la pela.
Ahora es más restaurante que teteria. Lo han reorientado, pero aún sigue siendo especial y diferente al resto de restaurantes y teterías. Buenos tes, buenos platos tradicionalesy y mejores postres típicos. Indispensable tomarlos en el tatami.
Para teterías orientales en bcn no perderse «interior de te» de Gràcia o la «tetereria teahouse» en St. Gervasi.
Gracias por tu comentario Eric! Entonces, si ahora es más restaurante, tendré que volver a probarlo, seguro que es genial. Y me apunto también tus otras sugerencias, porque soy una gran amante del té. Muchas gracias!