ACTUALIZACIÓN: ESTE RESTAURANTE HA CERRADO
Es entrar en NaparBCN y sumergirse en ese mundo macarra, a lo Sons of Anarchy, donde los chalecos y las motos valen casi más que la propia vida. Incluso una se siente fuera de lugar sin un chaleco de piel con escudo bordado sobre la espalda.
Pero pese a lo que pueda parecer, en este restaurante no solo tienen algunas de las mejores cervezas que he probado nunca, su comida es de una categoría increíble. Qué, ¿creías que aquí se comerían hamburguesas y patatas fritas? Pues no. Te equivocas, y mucho.
Porque una cerveza de lujo tiene que ir acompañada de una gastronomía a la altura, y aquí se lo han tomado muy en serio. No obstante, su chef Miquel Aldana fue ganador de una estrella michelín en su restaurante Tresmacarrons.
El local de Napar BCN es una pasada, con motos en las paredes, asientos de piel y unos enormes tanques que dominan la estancia, donde se fermenta directamente la cerveza y se sirve.
La comida en Napar BCN
Durante toda la comida nos atendió Enric Hidalgo (con el que aparezco al final del post), que consiguió que la experiencia fuera perfecta. Nos fue explicando cada plato, el proceso de fabricación de la cerveza y la historia del Napar BCN. Su pasión por este mundo se dejaba entrever en cada palabra y en su discurso ilusionante. Cómo se valora un trato así, tan cercano y sincero.
Tuvimos la suerte de disfrutar de un menú degustación de 13 platos, para probar un poquito de todo y fue genial poder hacerlo. Esto fue toooodo lo que comimos, disfrutando de cada bocado y de mezclas sorprendentes que no habría imaginado encontrar en un brewpub:
Salmon marinado, yogurt natural, lima, miel y trufa de verano, un primer aperitivo delicioso y fresco gracias a ese toque de lima y yogur. Me sorprendió mucho la combinación de ingredientes.
Siguió esta «esqueixada» de bonito y tomate rallado, un bocado con los sabores muy bien equilibrados. ¡Me supo a poco! Pero todavía quedaba mucho por probar…
Después nos trajeron un guacamole con nachos, todo casero y buenísimo. Los nachos tenían un toque a tex mex que me encantó.
A todo esto, durante la comida fuimos probando diferentes cervezas, cada cual más sorprendente: la Napar Bier Sunset, con toque a melocotón; la Almanac Golden Gate Gose, suavísima con un toque a vino de Oporto (nunca probé una cerveza igual) y así hasta 5 cerveza distintas que se bebían peligrosamente rápido…
Tengo que decir que no me gustan los mejillones, y me dan un poco de asquete las barbas que tienen a veces (su sabor tampoco me fascina), pero estos mejillones a la cerveza eran pequeñitos y estaban buenísimos. Me los comí todos, ¡increíbles!
Terminamos los entrantes del menú con un jugoso tartar de ventresca de atún con fresas saladas, y una ensalada de pez mantequilla (¡me encanta el pez mantequilla!), con naranja, rocas de oliva negra y pimiento escalibado. Todo con una presentación bien cuidada.
No soy de carne y odio la ternera, pero incomprensiblemente me encanta la cecina, y esta ternera marinada, con crema de rábano picante y celery encurtido, tenía un sabor ahumado buenísimo. Nos encantó.
Uy, el arroz… ¡mi debilidad! Este arroz cremoso con gamba roja estaba insuperable. La próxima vez que venga me pediré un plato entero para mí sola. La gamba estaba muy jugosa, fue un plato 10.
Este solomillo de buey, gofre de brioche al foie y salsa ‘perigordini’ fue el penúltimo de los platos principales. El toque dulce del esponjoso gofre contrastaba con el sabor fuerte de la carne. Una mezcla explosiva.
Por último nos trajeron este cordero lechal a 63º, con reducción de sus jugos y piquillos. Es una carne que adoro, y me recordó a las excelentes carnes que comía en mis veranos en León. ¡Delicioso!
Este fue el primero de los tres postres del Napar BCN que nos trajeron, todos muy diferentes. Era sandía, con sorbete de frambuesa y sopa de hibiscus. Muy sabroso y fresquísimo, y el sorbete tenía un sabor intenso que nos gustó un montón.
Nunca habría dicho que el curry pudiera estar bueno en un helado. Este postre de helado de coco, curry, crema de mango y cacahuete fue de lo más sorprendente. Repetiría sin dudarlo.
Por último nos trajeron una mezcla que, personalmente, me encanta: pan con aceite y chocolate, que en este postre venía en versión helado. Fue un final de comida ideal.
En resumen, me quedé sorprendida por la buenísima calidad de los platos del Napar BCN y la apuesta de una carta tan innovadora. Nos gustó absolutamente todo y estoy segura de que no tardaremos en repetir.
Cuando fuimos, el local estaba lleno y espero que siga siendo así, porque de verdad se lo merecen. Es un sitio para comer muy bien, con una variedad de cervezas excelente, en un local precioso y un personal de lo más cercano. ¡No se puede pedir más!
La historia de Napar BCN
Esta cervecería restaurante tiene allí su propia fábrica de cerveza, que está visible a los clientes: 7 enormes tanques de fermentación, de 1000 y 2000 litros de capacidad que almacenan ese preciado líquido tan especial, y que se conectan directamente a los tiradores situados en barra.
Cuando abrieron el restaurante pensaron… si vamos a hacer nuestra propia comida ¿por qué no hacer nuestra propia cerveza? Y, liándose la manta a la cabeza, se metieron de lleno en el apasionante mundo del lúpulo, la malta, la cebada…
Y aquí una foto con Enric, que nos atendió estupendamente. Muchas gracias, ¡volveremos pronto!
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¡Un sitio muy especial y que ya tengo ganas de repetir! Toda una sorpresa las cervezas, sobre todo la de oporto, y todo lo que probamos buenísimo 🙂
Desde luego! A mi también me pareció un sitio muy especial, hay que volver pronto!