ACTUALIZACIÓN: ESTE RESTAURANTE HA CERRADO
Todo empezó en un food truck. Más concretamente en un autobús Mercedes Benz de 1973. Sus cuatro ruedas han ido repartiendo curry por las calles de Barcelona allí donde les requerían: festivales, eventos, fiestas privadas, cumpleaños… Hasta que el food truck se quedó pequeño e hizo falta un local con sus cuatro paredes. Así nació el Restaurante Masala 73.
Fuimos con muy buenas expectativas y después de haber leído bastantes opiniones sobre él. Y no nos defraudó, tanto por su comida como por su extremadamente amable atención del personal. Ahora os cuento por qué.
La carta es pequeña pero acertada, y se divide en cinco partes: entrantes, curris, platos al horno Tandoor, acompañamientos y naan (pan indio). Y por otra parte los postres caseros. Además también tienen un menú degustación, que es el que nosotros pedimos para probar un poco de todo.
Les informé de mi intolerancia a la lactosa y la chica que nos atendió me propuso rápidamente alternativas o ingredientes que se podían quitar en algunos platos. Fue amabilísima y muy concienciada con el tema intolerancias, algo que es de agradecer un montón. Ojalá en todos los restaurantes fuera así.
Como entrantes nos trajeron varias cosas:
Los Dahi Puri, que son unas esferas crujientes rellenas de patata, garbanzos, cebolla y cilantro, que venían servidas con yogur (en mi caso o quitaron), salsa picante, salsa de tamarindo y granada.
Las Bombas Munbai, que eran unas bombas de patata, garbanzos y guisantes, servidas con salsa brava y mayo curry. Deliciosas, crujientes por fuera y cremosas por dentro.
Y los Tacos Vindaloo, de secreto ibérico al curry vindaloo picante, servidos con yogur y cebolla encurtida.
El menú degustación siguió con tres platos más:
Dal, un guisado típico de punjab, a base de lentejas especiadas negras y amarillas. Servidas con cilantro y queso paneer.
Raita de remolacha, una salsa de yogur con remolacha rallada, aliñado con especias, menta y cilantro. Muy fresquita y suave. Como este plato está hecho básicamente con leche, a mí me trajeron una pakora de langostino (fritura típica india).
Garlic Naan, el típico pan hindú con ajo y cilantro. Puedes cambiarlo por el Naan normal o el Naan de queso.
Pollo Tikka Masala, un plato de pechuga de pollo marinada y asada en horno tandoor, servido con curry tikka masala suave, tomate y leche de coco.
Y un cuenco de arroz basmati con comino, un plato solidario ya que por cada ración el restaurante dona 50 céntimos al “Proyecto de educación pre-escolar” de la ONG Sonrisas de Bombay.
De postre nos trajeron el «Gulab Jamun», unas bolitas dulces de harina, servidas tibias con helado de vainilla, crumble y crema inglesa. Deliciosas, dulzonas pero no empalagosas. El helado era de «De la Crem«, una heladería artesana de la que os he hablado anteriormente.