Nada de comidas del mundo, en el restaurante Mussol se centran en lo más cercano, en los productos de la tierra. Han querido traer a la ciudad lo mejorcito del campo y la huerta catalana. Desde las butifarras del Montseny hasta el delicioso pan de coca de Folgueroles.
Todo el que quiera vivir una experiencia gastronómica 100% catalana es bienvenido. Además tienen menús especiales para celíacos y menús infantiles, enfocados a ese público familiar que se reúne entorno a la mesa en los diferentes restaurantes que el Mussol tiene repartidos por Barcelona.
El local del restaurante Mussol Glòries
Recuerdo hace años ir con mis padres a uno de los primeros locales del Mussol, pero esta vez tocaba descubrir su local más nuevo, situado en el centro comercial Glòries. Acogedor y luminoso, con un gran ventanal en el frente, es un sitio precioso la verdad.
Los guiños a la cultura catalana se ven desde los cuadros de fotos antiguas que decoran las paredes, hasta la cesta de productos de la huerta que da la bienvenida a los clientes en la entrada.
El restaurante Mussol Gloèries tiene dos pisos y en el de arriba, que es en el que nosotros estuvimos, verás un enorme mostrador con los productos frescos que utilizan para elaborar los platos. Butifarras frescas, carnes, hortalizas y verduras de proximidad. Una forma de mostrar transparencia a los clientes y ver de cerca la materia prima que ofrecen.
Nuestra comida en el restaurante Mussol Glòries
La carta es una oda a la cocina catalana, con productos con Denominación de Origen por los cuatro costados: judías de Sant Pau, butifarras del Montseny, cordero de Ripollés, ternera de Girona… Más «de pagés», imposible.
Para empezar pedimos unas bravas que estaban crujientísimas, una ensalada de langostinos y tomate marinado y una coca, que es uno de sus platos estrella. Verás varias en la carta, la que nosotros pedimos fue la Coca de escalivada con anchoas de L’Escala, riquísima.
Como platos principales, en la carta del restaurante Mussol encontrarás pescados, carnes y verduras que elaboran a la brasa de carbón de encina. Y que puedes completar con guarnición y salsa a tu gusto.
Nosotros pedimos el bacalao a la brasa con verduritas, servidas en una mini-sartén de lo más mona. Me encantó el sabor a brasa del pescado, y que las verduras estuviesen crujientes, no muy hechas.
Y por otro lado el filete de buey a la brasa con patatas al caliu, verduras salteadas y una salsa de queso Mahón con nueces para morirse de gusto. Estaba realmente buena.
De postre optamos por la tarta de queso, con una original base de oreo y confitura de arándanos. Sé que soy predecible pero cuando veo una cheesecake en la carta, me cuesta pedir otra cosa. Tengo que hacérmelo mirar…
Hay que decir que su carta de postres es muy extensa, y eso los golosos lo agradecemos. Desde clásicos como el requesón con miel y nueces o la crema catalana, hasta postres más originales como la tarta tatín de pera con helado de chocolate blanco y violetas (este es el que me pediré la próxima vez).
De los diferentes locales del Mussol que conozco en Barcelona, este ha sido sin duda el que más me ha gustado. La atención es muy buena y es un restaurante ideal para conocer la esencia de la gastronomía catalana.
Además ofrecen cosas especiales como la «Catalan experience», un menú degustación con show cooking para probar los platos catalanes más típicos: embutidos, esqueixada, pan con tomate, crema catalana… Una iniciativa perfecta para grupos o para personas que quieran conocer la gastronomía local.