ACTUALIZACIÓN: ESTE RESTAURANTE HA CERRADO
Que la palabra «despensa» no te despiste. No te esperes un sitio humilde ni básico, sino un rincón gastronómico con platos mediterráneos realmente bien cocinados. El restaurante La despensa de Mitre combinar un local muy chic con platos mediterráneos y un toque justo de originalidad.
Su carta, ni corta ni larga, apuesta por los productos de temporada. Ensaladas, trinxat, tartar, buñuelos de bacalao y una buena variedad de entrantes. Carnes, pescados y algún arroz para continuar y un pequeño apartado de guarniciones para completar el plato.
El local del restaurante La Despensa de Mitre
El local de este restaurante os encantará, la decoración es moderna y vintage al mismo tiempo: lámparas antiguas, espejos restaurados, jarrones, libros y pequeños detalles decorativos muy bien estudiados. A mí me pierden los sofás en los restaurantes (cuando voy con varias personas corro a coger sitio en el sofá) y si os toca en una mesa con sofá estaréis muy a gusto.
El restaurante ocupa el espacio de tres antiguos locales, así que hay sitio para todo. Por eso también tienen salas privadas, para venir a comer con grupos o con la empresa y tener algo más de intimidad.
Nuestra comida en la Despensa de Mitre
Nos propusieron un menú degustación con algunos de los platos estrella de la carta. Probamos primero las croquetas de pollo con queso manchego, impresionantes, de las mejores que he probado últimamente. Bien grandotas, caseras, fritura perfecta y un relleno equilibrado y sabroso.
Lo siguiente fue un plato fresquito y aromático, un sashimi de atún con rúcula, tomate confitado y alcaparras, sazonado con sal negra. Una mezcla sin complicaciones pero riquísima.
El último entrante me fascinó. Era una señora tortilla con gambas y sofrito con vino amontillado (un vino fino originario de Andalucía), poco hecha y jugosísima. Plato obligado si visitáis La Despensa de Mitre.
Como platos principales pedimos el cochinillo confitado crujiente con melón y reducción de cítricos y la corvina al horno con escalivada cremosa.
La carne jugosa, el pescado también, y además de muy bien cocinados, venían con una presentación impecable.
De postre no podíamos irnos sin pedir el cheesecake casero. Allá donde veo una tarta de queso, me la tengo que pedir, pero esta fue diferente porque era en versión mousse. Venía acompañada de helado de frambuesa, y aunque tengo que decir que me gustan más las tartas de queso en su formato «tradicional», estaba estaba muy rica y cremosa.
La próxima vez probaré otro postre que también me llamó la atención, la torrija con helado de canela y crumble, que debe estar impresionante también.
Pese a llevar dos años abierto no conocía La Despensa de Mitre y es un sitio que merece la pena. Nos encantaron todos y cada uno de los platos, repetiría todos sin duda. Es un restaurante que te encantará si te gusta la comida mediterránea un poco menos convencional.
Entre semana ofrece menú de mediodía, pero es muy agradable ir por las noches porque el sitio tiene mucho encanto. También tienen un menú especial de arroces, que ofrecen los sábados.
A destacar lo amable que es todo el personal, que es un punto muy positivo. Siempre atentos a si nos faltaba algo y preguntándonos que nos parecía la comida. ¡Nos encantó!