El restaurante Cal Trapella es de esos sitios acogedores de Gràcia en los que quieres entrar cuando echas un vistazo desde la calle. Pequeño y cuco, su decoración recuerda a las típicas masías catalanas.
Su cocina es muy de aquí, para cuando te apetece disfrutar de la comida mediterránea y catalana más auténtica. Una carta de tapas y platillos de proximidad con toques propios, perfecta para descubrir en pareja o con un pequeño grupo de amigos para que no te quede ningún plato sin probar.
De hecho tiene menús para grupos, así que puedes reservar hasta para 35 personas desde el banner inferior, y elegir un menú especial.
El local del restaurante Cal Trapella
El cuidado interior del restaurante Cal Trapella intenta transmitir la tradición de las masías catalanas, cálido y con toques rústicos. Lámparas de mimbre, mesas de madera de pino, tonos marrones y blancos, y objetos de pagès.
Ambiente moderno y acogedor para disfrutar en las noches de ocio de Gràcia, o para comer cualquier día de la semana. Nosotros fuimos un viernes a mediodía y se estaba bastante tranquilo.
Nuestra comida en Cal Trapella
Pedimos todo para compartir, porque al ser una carta a base de tapas es lo mejor para probar de todo. Tanto si vas en pareja como con amigos, sé generoso y comparte : )
El primer plato fueron las patatas bravas, servidas en una pequeña sartén con una salsa poco habitual. No era el típico allioli, sino que la salsa blanca estaba acompañada de algo más similar al mojo. Estaban muy ricas, una de las mejores tapas sin duda.
Seguimos con una ensalada de queso de cabra, con frutos secos, pasas y miel. Mejor no aliñarla y disfrutarla tal y como viene. Aunque te ponen aceite y vinagre por si quieres, te aconsejo no utilizarlos para no estropear el sabor dulce de la salsa.
La siguiente tapa fueron los mejillones con mojo. No soy muy de mejillones pero estos estaban realmente ricos, el sabor del mejillón no destaca mucho sino que deja protagonismo a la salsa. Roja y vibrante, con cierto toque thai, diría yo.
Y el último plato fue el calamar que veis abajo tan bien presentado sobre cama de allioli negro, crujiente de patata agria y zanahoria. Para mi gusto la tapa menos destacable, pero rica.
Para terminar, un helado de frambuesa y mango y una tarta de dulce de leche. Riquísima por cierto, y nada pesada. Es fácil que un postre de dulce de leche acabe cansando, por eso no suelo pedirlos, pero esta tarta es bastante ligera y suave. Os gustará incluso aunque no seáis muy fans del dulce de leche.
Un buen final para nuestra comida en Cal Trapella. Un restaurante sencillo y sin pretensiones, llevado por un grupo de chicos jóvenes y sonrientes que lo quieren hacer bien. Es un lugar a tener en cuenta para una noche o un mediodía de tapeo en Gràcia.
Laverdad que hemos seguido tu recomendacion y es un sitio 10. Para volver!!!