Era la primera vez que comía en un restaurante filipino, y no conocía para nada el estilo de comida nin ningún plato típico. Me lo habían recomendado y tenía muchas ganas de probar algo nuevo, así que allá fuimos, al restaurante filipino Kasarap. Un negocio familiar que ofrece los platos filipinos más típicos y totalmente caseros.
Al entrar verás un local de techos altos cubierto con un tejado metálico con vigas, que evoca a los tejados de las típicas casas filipinas. Las sillas de colores y la decoración de las paredes le dan un toque muy alegre, que va a juego con el personal del restaurante.
Arianna y Rutshel, los dueños del restaurante, nos explicaron que no son ni mucho menos el primer restaurante filipino de Barcelona, pero sí el primero que ha apostado por una comida de calidad, frente a los bares sencillos que hay en el Raval, donde se encuentra una importante comunidad filipina.
Nuestra comida en el restaurante filipino Kasarap
Después de ver la carta y alucinar con los buenos precios de todo, elegimos tres entrantes. El primero era un rollito de primavera, pero no os imaginéis los típicos rollitos chinos porque no tiene nada que ver. Es un rollito grande, hecho de una pasta blandita y relleno de verduras y cacahuete picado. Delicioso y ligero.
También pedimos los rollitos de carne fritos y una ensalada de berenjena asada. La sirven dentro de la berenjena, elaborada con tomate, cebolla, mango y pasta de gamba. Estaba increíblemente buena y con un intenso sabor a brasa que combinaba genial con las verduras.
Como platos principales elegimos dos estofados, uno de carne y otro de pescado. Estos platos de influencia española están muy presentes en la gastronomía filipina, donde se elaboran diferentes variedades de pollo, pescado o ternera.
El estofado de pescado era de atún, acompañado de verduras salteadas con una salsa a base de tomate. El estofado de ternera es la especialidad de la casa (no hice foto, lo siento). Los dos estaban sabrosísimos, y son platos que sirven en raciones abundantes.
Para el postre nos aconsejaron pedir el más típico, el Buko Pandan. Cuando nos lo trajo nos llamó mucho la atención ¡llevaba gelatina verde! Este postre tiene en la base una panacotta elaborada con leche de coco, por encima la gelatina verde hecha de coco, bolitas verdes de tapioca y macapuno. Es un postre muy aromático y exótico.
También teníamos curiosidad por probar las tartas que elaboran en este restaurante filipino, pero estábamos llenos y no queríamos pedir otro postre. Así que tuvieron un detallazo y nos trajeron unos trocitos de sus dos postres estrella: la tarta de yuca y la tarta de ube. El ube es un tubérculo de color violeta, que le da ese tono tan apetecible a la cheesecake de ube que véis en la foto. ¡Qué tartas más ricas por dios!
En conclusión, un restaurante que me sorprendió muchísimo y al que voy a volver. La comida no superó los 30 € entre los dos, increíble precio para la calidad y cantidad que sirven. Además, nos quedaron muchas cosas por probar y que me despertaron curiosidad.
Espero que tengan mucha suerte porque Kasarap es un restaurante filipino que merece la pena descubrir. Una gastronomía bastante desconocida que seguro te encantará.
Vídeo de nuestra comida en el Restaurante Kasarap